La consejera María José Huertas (All You Need for Growth) comparte con el “Ágora” cómo ha hecho de su vida una startup

 

Sumamos conocimientos e innovación para impulsar el desarrollo económico

 
La ponente, en el centro de la imagen, junto al presidente de FIFED, VIcente J. García Gil.

La ponente, en el centro de la imagen, junto al presidente de FIFED, VIcente J. García Gil.

Con el entusiasmo y la agudeza que la caracterizan, la consejera de la fundación María José Huertas Jiménez vino el pasado 27 de febrero al “Ágora FIFED” a compartir con los asistentes un interesante paralelismo entre la innovación y su experiencia personal: cómo ha hecho de su vida una startup.

“Yo soy muy de símiles en la vida y de analogías en el Derecho, porque creo que funcionan muy bien, abren la mente y aumentan las posibilidades”, empezó diciendo la abogada, directora ejecutiva de All You Need for Growth España -“entre otras cosas”, puntualizó-, que ha aplicado la escala TRL (Technology Readiness Levels), de niveles de madurez de una tecnología, a la evolución de su carrera.

“Soy una persona esencialmente dispersa. Siempre he vivido por impulsos y, ahora, más, pero creo que eso me ha ayudado a construir lo que actualmente soy y tengo”, explicó quien ha dejado Repsol, donde ha estado once años, primero como letrada de Servicios Jurídicos Comunes y después como jefa de Asesoría Jurídica General, Tecnología y Negocios Emergentes, para emprender por su cuenta con un pequeño equipo de profesionales tan motivados como ella.

María José Huertas bromea con que en su entorno unos le dan el pésame y otros la envidian por su valentía. “He pasado de hablar de Repsol a referirme a una empresa cuyo nombre casi tengo que deletrear”, aseguró entre risas la también profesora en Derecho, Internacionalización y Emprendeduría en la EOI (Escuela de Organización Industrial) y miembro del claustro del programa Startup Lawyers del IE Law School.

Siguiendo con la analogía de la escalabilidad y la vida profesional, la consejera de FIFED reconoció ser ella misma “como un producto o servicio tecnológico”. Y es que, en su paso por Repsol, donde trabajó codo con codo con ingenieros de múltiples ramos para poner en valor las diferentes tecnologías derivadas de la actividad de I+D de la compañía y formó parte del equipo que puso en marcha el hoy renombrado Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, aprendió cómo piensan las startups y la diferencia de enfoque de investigadores, emprendedores y abogados. “Ellos no entienden de contratos ni son conscientes de los riesgos y a nosotros nos cuesta comprender sus ideas y el funcionamiento de la ciencia”, comentó Huertas, quien en ese momento observó que la mejor manera de hacerse entender por científicos e investigadores era “dibujando” los contratos mediante esquemas, conjuntos y diagramas de flujos que reflejasen las implicaciones de las relaciones contractuales.

Me di cuenta de que debía traducir el lenguaje jurídico y “bajar” el Derecho a las necesidades del cliente: nadie en el mundo lee los términos y condiciones, ¿por qué no se explican con dibujos?”, se pregunta la, asimismo, directora del Área de Desarrollo y Consultoría en Debla Desarrollo e Infraestructuras (empresa de ingeniería granadina de la mano de la cual tiene ahora la opción de ir con más frecuencia a su ciudad natal), que ha estudiado en Francia e Irlanda y ha trabajado con clientes de medio mundo y a quien ahora le gusta definirse como una “abogada posibilista”.

El mundo de los despachos de abogados tiene que reinventarse. El médico de familia debe seguir existiendo, pero también el consultor estratégico y, por qué no, el abogado consultor”, dijo comparando la labor del médico de familia con la de los letrados de especialización generalista. “Por eso para mí es tan importante trabajar con equipos multidisciplinares y de perfil diverso y eso es lo que ocurre en All You Need for Growth, donde somos un equipo multidisciplinar y geográficamente transversal de ingenieros, economistas, abogados…, dispersos por Europa, América y Asia”.

María José Huertas asegura que en el laboratorio se contagió del emprendimiento, del ensayo-error, y por eso, después de todo este aprendizaje “está en el mercado”, en el último nivel de la escala de TRL, abierta a nuevos desarrollos y a nuevos clientes.